"La armonía y el balance que existe
entre nuestros pensamientos, acciones y emociones; donde nuestras acciones son
un reflejo de nuestros pensamientos y emociones [...] donde soy responsable de
mis acciones, emociones y pensamientos y por lo tanto, me responsabilizo de las
consecuencias de estos elementos..." ¿Parece trabalenguas? ¿Sí? No
obstante, es lo que asegura el estudio de la inteligencia emocional. Considera que
el principio de autonomía genera inmunidad al apego afectivo, esto porque
promueve maneras más sanas de relacionarse afectivamente, se adquiere más
seguridad en sí mismo (a), lo que se denomina autonomía e independencia, es sentirse
libre, lo que levanta los umbrales al dolor y al sufrimiento (es decir, se madura emocionalmente) y se logra manejar mejor la soledad (lo que
conlleva mejores niveles de auto observación y una mayor autoconciencia).
Lo anteriormente descrito no es una fórmula o
pasos para ser independientes o exitosos, puesto que como receta no
funcionaría, este proceso que no tuve ni idea de qué tan complejo era y hasta
donde podía llegar una vez que se inició en mi; nadie alcanza la autonomía de
pensamiento y congruencia automáticamente, es un proceso bastante complicado y
solo la madurez te hace comprenderlo
En mi caso, el inicio ocurrió cuando salí de
casa a trabajar para pagar mis estudios, fue un momento realmente emocionante
desprenderme y transformarme en ser independiente en lo económico. Allí comprendí
lo que significaba ser responsable de mis actos y que no puedo culpar a los
demás de lo que hago o decidí hacer, esto conlleva práctica y practicar la
congruencia me conduce a hacerme responsable de los valores por medio de los
cuales se guía mi meta o proyecto de vida, puesto que preciso este inicio se
detona con el querer lograr una meta individual, en mi posición de hija mayor
con hermanos a mi cargo se hacía más difícil porque pensaba siempre en metas
colectivas, siempre incluía a mis hermanos en lo que deseaba hacer y alcanzar
En ese proceso ocurrieron una serie de hechos
que desencadenaron conflictos internos que en subsiguientes decisiones me
enseñaron que la congruencia y libertad van de la mano y creí poseer el poder
de lograr que mis hermanos se apegaran a mis metas, ¿cómo lograr eso? No eran
sus metas, sino las mías. Esto ocurre con frecuencia en la relación padres e
hijos. Así como necesito saber de qué debo ser responsable, también necesito
saber de qué no soy responsable; es decir, mis fortalezas y limitaciones las
debo identificar yo misma, nadie posee la capacidad de decírmelas con tal
contundencia que yo las reconozca. Es aquí donde aplica el refrán nadie aprende
en cabeza ajena.
En ese transitar con mis hermanos fui descubriendo
que puedo dominar la mente hasta cierto punto pero no controlar. El control de
pensamientos y cómo estos llevan a las emociones, solo es controlable por cada
quien de acuerdo a su perspectiva de vida, en algunas conferencias me preguntan
¿es verdad? con incredulidad palpable. Sí, respondo, se puede influenciar en la
mente de otros, pero no puedo determinar lo que piensen, sientan o hagan; de la
misma manera que con otros es limitante, con nosotros mismos no lo es, no hay
límites para sentimientos, pensamientos y acciones propias y con la práctica
logramos cada vez más alto nivel de congruencia
que se puede llegar al nivel en el que me encuentro actualmente que es
un estilo o mi filosofía de vida. Soy responsable de cómo manejo mis emociones
y forma de actuar paralelo de cómo manejo a mi conveniencia a otros individuos
y no puedo alegar que alguien me hizo comportarme así porque en este nivel ya sé
que no pueden dominarme ni dominar.
Es por ello que después de mucho tiempo de
lucha interna y querer responder a los deseos de otros, lo que generalmente
ocurre por patrones de crianza y normas sociales, analizándome descubrí que ya
era independiente y libre. Esto me ha llevado a valorar mi soledad y no me sumo
ni me sumaré al hecho del refrán que dice la soledad es mala compañía; al
contrario es mi mejor compañía.
El logro de mi congruencia emocional se basó
en el cambio de pensar en colectivo y pensar en última instancia en mí a pensar
primero en mi meta, en quien soy y que deseo ser hasta lograrlo
Recuerdo la segunda etapa de mi práctica de
congruencia y seguía siendo inconsciente, fue al salir de casa para empezar la búsqueda
de opciones de estudios universitarios mi independencia crecía aumentando mi
capacidad de autonomía y de ser responsable de mi misma siendo productiva. Además del elemento adicional de conciencia se
iba dando en mi armonía y el balance entre mis pensamientos, acciones y
emociones; donde nuestras acciones son un reflejo de nuestros pensamientos y
emociones.
Luego ocurrió mi decisión de elegir pareja y la que elegí justo a la medida de cómo deseaba continuara mi
construcción de estabilidad. Sin embargo, en ese momento aún no me
daba cuenta que otros eran influenciables más no dominables y era tan alto mi
ego en ese punto que fui acercando a mí personas que me hacían ver que yo podía
disfrutar de mi soledad, porque esa persona
posee una profesión muy demandante en el tiempo fuera de casa, en vano
intentaba dominarme y querer hacerme pensar como él y me convertía en más
creativa.
Esa fue la etapa del inicio de la
consolidación de mi armonía y pude soportar muchos momentos difíciles, en ese sentido actualmente adoro mi condición
de vivir aceptando mi soledad de mujer independiente que decide cómo y cuándo
estará con alguien…
En otras entregas les
comentaré cómo continua mi construcción de congruencia y estabilidad emocional.
Mi mejor Amiga Yo y mi Soledad !♥ Reafirmo y Declaro Lo Mejor está Sucediendo
Janduli Alha Shokran..! صღص ♥اِليتا♥•ص ღ ღص ص Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ★ D.R.©2016 Lic. Élita S-J★ Únik Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ