La música provoca placer de igual manera que el sexo y las drogas
Así lo determinó un estudio científico, que comprobó:
El sexo, las drogas y la música activan el mismo circuito cerebral de recompensa.
Junto a la comida y el alcohol, disparan la liberación de opioides endógenos como las endorfinas y neurotransmisores como la dopamina. A esta conclusión llegó un estudio con un fármaco destinado a combatir adicciones o el exceso de peso y que ahora también inhibe el placer musical.
La experiencia musical provoca intensas emociones, que tienen un correlato físico: escalofríos, sonrisas, llanto, relajación o tensión muscular. Sin embargo, se sabe muy poco sobre los procesos neuroquímicos que subyacen a escuchar música.
Según informó El País, para descubrirlos, un grupo de investigadores canadienses empezó el estudio por la consecuencia de escuchar una canción, el placer que ésta provoca. Además, se fijaron en otras cosas que provocan placer, como el sexo, las drogas, el alcohol y la comida. Todas activan circuitos de recompensa del cerebro.
También hicieron hincapié en la naltrexona, una sustancia que se usa para tratar la adicción al alcohol o los opiáceos como la heroína o la morfina. Combinada con otro principio activo, se utiliza además para combatir la obesidad y algunos estudios han mostrado que bloquea el placer del orgasmo o la adicción a la cocaína.
Es, junto a la naloxona, una de las sustancias para provocar anhedonia, la incapacidad para sentir el placer La hipótesis de los autores del estudio, publicado en Scientific Reports , era: la naltrexona debería reducir las reacciones emocionales a la música, provocando anhedonia musical.
De ser así, eso implicaría que los mismos circuitos neuronales que intervienen en otras actividades placenteras también lo hacen en la experiencia musical.
Para demostrarlo, reclutaron a veinte estudiantes universitarios.
Otro semejante La relación que existe entre la música y el sexo es tan poderosa que el psicólogo musical Daniel Müllensiefen de la Universidad de Londres, exploro en su estudio Science Behind the Song, la relación entre la música y el amor.
Más del 40% de las personas expusieron que escuchar música los estimula igual o más que el tacto durante el acto sexual.
El estudio fue encargado por Spotify para explorar la relación entre la música, el amor y la seducción y demostrar la importancia que tiene la música en la vida amorosa de las parejas.
Según el estudio, realizado a 2000 personas del Reino Unido entre los 18 y los 91 años señaló que la banda sonora de la película ochentera Dirty Dancing protagonizada por el actor Patrick Swayze, es la música más excitante durante las relaciones sexuales. "Esto se debe a que la mayoría de las personas tiene un buen conocimiento de las canciones que representan al amor, que tienden a venir de referencias culturales como el cine", comenta Müllensiefen.
Así mismo dice: "No es sorpresa que tantos encuestados afirmaran que la música les estimulaba en el dormitorio. Gracias a la investigación neurocientífica, sabemos que la música es capaz de activar las mismas zonas de placer del cerebro que también responden a recompensas mucho menos abstractas como la comida, o el sexo".
Por otro lado, la encuesta arrojó datos de las 20 mejores canciones que "excitan" o "animan" para las relaciones sexuales. La canción más votada y que se encuentra como número uno, es “Sexual Healing” de Marvin Gaye. Factores como voz aguda, sonido ronco y rango más dinámico, se destacan como factores importantes en las canciones para el amor. También cabe destacar Bohemian Rhapsody de Queen, que encabeza la lista de canciones, seguida de Sex on Fire de los Kings of Leon y Angels de Robbie Williams. "Son todas únicas y muchas se pueden considerar como "obras maestras" épicas.
Cuando escuchamos música, construimos una expectativa de qué va a seguir. Si supera nuestras expectativas musicales y va por un camino diferente, nuestra respuesta emocional involuntaria es altamente positiva y principalmente son estos puntos de cambio inesperados en la música los que generan fuertes sensaciones emocionales".
El estudio de Spotify evidencia que la música hoy en día tiene un papel especialmente relevante en nuestra vida amorosa. Ahora sabemos que Marvin Gaye es clave para el éxito cuando llega el momento de seducir a la pareja en el dormitorio.
Este estudio nos afirma que las playlists que elegimos son un factor importante en cómo se puede desarrollar la noche.
Una de las teorías más duraderas fue propuesta por Charles Darwin, que sugirió que, como con el canto de los pájaros, el motivo principal de la música es el sexo. "Las notas musicales y el ritmo", escribió en El origen del hombre, "fueron adquiridos al principio por los ancestros masculinos y femeninos de la humanidad con el propósito de cautivar al sexo opuesto".
Los instrumentos más antiguos conocidos son flautas hechas con huesos huecos de animales. Lo que está menos claro es por qué hacemos música.
Ahora han aparecido evidencias que parecen apoyar la hipótesis de Darwin en un estudio del psicólogo Benjamin Charlton de la Universidad de Sussex en Brighton, Inglaterra. En su experimento, comprobó que las preferencias sexuales de las mujeres cambiaban durante su ciclo menstrual y que, en el punto más fértil del ciclo, preferían compositores de música más compleja, que quizá podrían ser considerados parejas más capaces.
Pero, ¿qué credibilidad tiene la noción de que hacer música está relacionado con el sexo?
Comencemos por el principio: ¿qué es tan especial acerca de la música? Primero, todas las culturas conocidas han tenido música, incluso aquellas que no tenían lenguaje escrito. Es un rasgo humano completamente universal. En segundo lugar, la música, al contrario que por ejemplo cocinar, la agricultura, hablar o criar una familia, no tiene ningún beneficio.
Por supuesto, nos encanta, nos llena de alegría o nos lleva a las lágrimas, nos da euforia y bailamos, pero no muestra ninguna ventaja evolutiva obvia ni tangible. No faltan las ideas sobre por qué surgió entre nuestros ancestros.
Algunos creen que la música comenzó como forma de promover la cohesión social, un papel "tribal" que todavía hoy persiste. Otros dicen que comenzó con las canciones de la comunicación materno-filial, una exageración de tonos en los arrullos al bebé que todas las personas del mundo practican.
También están aquellos que piensan que la música y el lenguaje estuvieron una vez fusionados en una forma de comunicación compuesta denominada "musilenguaje", de la cual la música se dividió como vehículo de emociones, mientras que el lenguaje se convirtió en significado semántico.
Supervivencia del más sexy
La noción por parte de Darwin de la música como agente de selección sexual sigue siendo una de las teorías preferidas, en particular porque tiene su nombre al lado.
Él consideraba la selección sexual como auxiliar de la selección natural: era la "supervivencia del más sexy", sin importar que los atributos sexuales tuvieran otras ventajas para la supervivencia. Según esta posición, la destreza en el canto y en crear música funcionaría como la cola del pavo real: inútil, incluso una molestia, pero llama la atención.
Es concebible que dichas exhibiciones sexuales ofrezcan pistas verdaderas sobre la idoneidad genética. El pavo real macho podría estar diciendo: "Soy tan musculoso que puedo sobrevivir incluso aunque esté cargado con esta cosa absurda".
De igual modo, un músico capaz de crear música compleja y hermosa podría estar mostrando su conocimiento, destreza y fortaleza superiores. De acuerdo a esta lógica, enamorarse de un músico habilidoso tiene sentido en cuanto a la evolución.
El vínculo entre el sexo y la música podría parecer irrefutable.
Las estrellas del rock y del pop están rodeadas de bandadas de admiradores sexualmente disponibles en la cima de su fertilidad, y nadie hizo la guitarra más explícitamente fálica que Jimi Hendrix. Y no es solo un fenómeno del rock o del pop modernos: las actuaciones de Franz Liszt, el pianista, compositor y director húngaro, también extasiaba a las mujeres, y un estudio publicado en el año 2000 resaltó que en los conciertos clásicos había considerablemente más mujeres en los asientos cercanos a las (predominantemente masculinas) orquestas que en las filas traseras.
También hay pruebas anecdóticas que sugieren que la calidad de la interpretación de la música declina después del sexo. Miles DavisDerechos de autor de la imagen
GETTY Image caption Miles Davis prefería que sus músicos no tuvieran sexo antes de los conciertos. Por ejemplo, Miles Davis quería que los músicos fueran célibes antes de grandes conciertos para mantener su calidad. Y en caso de que esté pensando en que ser músico no hizo mucho por la supervivencia de Hendrix, Jim Morrison o Kurt Cobain, tenga en cuenta que, como Darwin señaló, algunas aves macho terminan muriendo de agotamiento al cantar en la época de reproducción.
Vale la pena el riesgo por convertirse en un modelo sexual (después de todo, Hendrix tuvo tres hijos). Un origen de selección sexual de la música podría también ayudar a explicar el aparente impulso hacia la diversidad, creatividad y novedad de muchos cantos de pájaros macho que desarrollan grandes repertorios y variedad en un esfuerzo por producir la señal de apareamiento más atrayente.
Y el exceso de la cola del pavo real, resultado de una tendencia desmedida comprobada en la selección de características sexuales, ¿no parece similar a las torres de amplificadores y altavoces, la pirotecnia, los trajes estrafalarios? Para resumir, ¿no podría explicar el fenómeno que es Kiss? Pero parte del problema de la idea de Darwin es que es demasiado atractiva, e invita a proporcionar pruebas por medio de las anécdotas.
Las canciones en las culturas anteriores a la escritura no son de ninguna manera los equivalentes tribales a la canción Let’s Spend the Night Together ("Pasemos la noche juntos"). Aquellas de los aborígenes australianos, por ejemplo, expresan los sentimientos del cantante como miembro de la comunidad. KissDerechos de autor de la imagenGETTY Image caption ¿Tiene la parafernalia de Kiss una motivación sexual? La mayoría de la música occidental en la Edad Media era practicada por monjes supuestamente célibes. Y en algunas sociedades africanas, los músicos son considerados vagos y no fiables, y por lo tanto, material pobre para el matrimonio. Las buenas evidencias científicas de la selección sexual en música han sido escasas y equívocas. Si las mujeres escogen compañeros sexuales sobre la base de rasgos creativos o artísticos, uno esperaría cambios en sus preferencias durante la cima de la fertilidad. Un estudio de 2006 halló que los hombres aparentemente creativos eran favorecidos en ese momento concreto. Ciclo de la atracción Entonces, ¿qué añade el último estudio? Charlton razonó que la complejidad de la música de un compositor masculino podría considerarse un indicador de su creatividad y capacidad para aprender comportamientos complejos, y por lo tanto esto podría también afectar a la elección sexual femenina. Anteriormente vio que la ovulación no parece afectar a las preferencias de las mujeres por la complejidad de la música per se.
Pero ¿y sobre los compositores en sí mismos? Charlton dividió su grupo de 1465 mujeres adultas participantes en el estudio en aquellas con riesgo alto y bajo de concepción en el momento de las pruebas, según la propia información de ellas sobre su ciclo reproductivo. Franz LisztDerechos de autor de la imagen GETTY Image caption El pianista Franz Liszt (1811-1886) embelesaba al público femenino. Les hizo escuchar varias melodías cortas, compuestas para el experimento, de diversos grados de complejidad. Primero pidió a algunas de las participantes que calificaran la complejidad de la melodía para asegurarse de que podían hacer esto de forma fiable.
Después preguntó a un grupo diferente cuál de los supuestos compositores (masculinos) de una pareja de melodías de complejidad diferente preferirían como compañero sexual a corto o a largo plazo. Un número significativo mostró una mayor preferencia por el compositor de la pieza más compleja, pero solamente en el grupo de alto riesgo de concepción, y solo como compañero a corto plazo. Ahora, los números son números: parece que algo conectado al ciclo reproductivo cambiaba efectivamente las preferencias en esa situación.
Pero ¿qué? Los resultados, dice Charlton, "apoyan la opinión de que las mujeres usan (o ancestralmente usaban) la capacidad de los compositores masculinos para crear música compleja como criterio para la elección de hombre". Eso, en cambio, sugeriría que la complejidad musical en sí misma surgió de una 'carrera armamentística' en la que los músicos se esforzaban cada vez más por probar su destreza y cortejar a una compañera.
Sin embargo, aunque los resultados de Charlton son interesantes, están lejos de ser concluyentes. GamelanDerechos de autor de la imagen GETTY Image caption El tradicional gamelán indonesio es la música más compleja del mundo.
Por ejemplo, la música más compleja, según algunos estudios, es el gamelán indonesio, que se encuentra entre las más sociales, devotas y no sexualizadas de toda la música del mundo. También hay pocas evidencias que sugieran que la música ha mostrado una tendencia firme hacia una mayor complejidad.
Y es muy difícil desenmarañar las preferencias de un oyente por un compositor de sus preferencias por la música real. Esto último, en general, muestra un pico de "complejidad preferida", más allá de la cual, la preferencia se reduce. Cuando la música de los Beatles se volvió más compleja, por ejemplo, sus ventas bajaron.
Y esto es incluso antes de que entremos en el asunto turbio de cómo las capas culturales influyen en las conjeturas que las mujeres podrían hacer sobre compositores ficticios, basándose en un pequeño fragmento de "sus" melodías. Se requiere más trabajo entonces, o en otras palabras, si la música es el alimento del amor, que siga sonando...!!!
SexON Nº 48
Sábado 10/6/2017 El sexo, las drogas y la música activan el mismo circuito cerebral de recompensa.
Junto a la comida y el alcohol, disparan la liberación de opioides endógenos como las endorfinas y neurotransmisores como la dopamina. A esta conclusión llegó un estudio con un fármaco destinado a combatir adicciones o el exceso de peso y que ahora también inhibe el placer musical.
La experiencia musical provoca intensas emociones, que tienen un correlato físico: escalofríos, sonrisas, llanto, relajación o tensión muscular. Sin embargo, se sabe muy poco sobre los procesos neuroquímicos que subyacen a escuchar música.
Según informó El País, para descubrirlos, un grupo de investigadores canadienses empezó el estudio por la consecuencia de escuchar una canción, el placer que ésta provoca. Además, se fijaron en otras cosas que provocan placer, como el sexo, las drogas, el alcohol y la comida. Todas activan circuitos de recompensa del cerebro.
También hicieron hincapié en la naltrexona, una sustancia que se usa para tratar la adicción al alcohol o los opiáceos como la heroína o la morfina. Combinada con otro principio activo, se utiliza además para combatir la obesidad y algunos estudios han mostrado que bloquea el placer del orgasmo o la adicción a la cocaína.
Es, junto a la naloxona, una de las sustancias para provocar anhedonia, la incapacidad para sentir el placer La hipótesis de los autores del estudio, publicado en Scientific Reports , era: la naltrexona debería reducir las reacciones emocionales a la música, provocando anhedonia musical.
De ser así, eso implicaría que los mismos circuitos neuronales que intervienen en otras actividades placenteras también lo hacen en la experiencia musical.
Para demostrarlo, reclutaron a veinte estudiantes universitarios.
- Les pidieron que eligieran dos de sus canciones preferidas. A la mitad de ellos les administraron la dosis mínima recomendada de naltrexona.
- A la otra mitad les dieron unas píldoras del miso color pero sin el principio activo. A continuación les pusieron sensores en la cara para obtener un electromiograma con la actividad eléctrica de varios músculos faciales.
- También registraron su respiración, ritmo cardíaco, presión sanguínea y conductividad de la piel antes y durante el experimento.
- Una hora después de ingerir la pastilla, les pusieron unos cascos para escuchar sus dos canciones y otras tantas seleccionadas por los investigadores por su frialdad.
- Los que habían tomado el fármaco mostraron niveles bajos y muy similares cuando escuchaban sus canciones y las neutrales. Más aún, sus gráficas eran muy inferiores a las que registraron los que solo tomaron placebo. "Es la primera demostración de que los opioides endógenos del cerebro están implicados directamente en el placer musical", dijo el principal autor de la investigación, Daniel J. Levitin, psicólogo de la Universidad McGill de Montreal (Canadá).
- Lo que les hizo la naltrexona fue bloquear el 80% de los llamados receptores opioides mu y delta; elementos de las neuronas a los que se acoplan los opioides. Al bloquearlos, buena parte del sistema de recompensa del cerebro se detiene. No se liberan sustancias que provocan bienestar, pero tampoco las que generan dolor o angustia.
- De hecho, los investigadores comprobaron que, cuánto más habían valorado los participantes la emotividad de sus canciones, más fríos les dejaban escucharlas bajo el hechizo de la naltrexona.
- Los seres humanos llevan haciendo música desde hace por lo menos 40.000 años.
Otro semejante La relación que existe entre la música y el sexo es tan poderosa que el psicólogo musical Daniel Müllensiefen de la Universidad de Londres, exploro en su estudio Science Behind the Song, la relación entre la música y el amor.
Más del 40% de las personas expusieron que escuchar música los estimula igual o más que el tacto durante el acto sexual.
El estudio fue encargado por Spotify para explorar la relación entre la música, el amor y la seducción y demostrar la importancia que tiene la música en la vida amorosa de las parejas.
Según el estudio, realizado a 2000 personas del Reino Unido entre los 18 y los 91 años señaló que la banda sonora de la película ochentera Dirty Dancing protagonizada por el actor Patrick Swayze, es la música más excitante durante las relaciones sexuales. "Esto se debe a que la mayoría de las personas tiene un buen conocimiento de las canciones que representan al amor, que tienden a venir de referencias culturales como el cine", comenta Müllensiefen.
Así mismo dice: "No es sorpresa que tantos encuestados afirmaran que la música les estimulaba en el dormitorio. Gracias a la investigación neurocientífica, sabemos que la música es capaz de activar las mismas zonas de placer del cerebro que también responden a recompensas mucho menos abstractas como la comida, o el sexo".
Por otro lado, la encuesta arrojó datos de las 20 mejores canciones que "excitan" o "animan" para las relaciones sexuales. La canción más votada y que se encuentra como número uno, es “Sexual Healing” de Marvin Gaye. Factores como voz aguda, sonido ronco y rango más dinámico, se destacan como factores importantes en las canciones para el amor. También cabe destacar Bohemian Rhapsody de Queen, que encabeza la lista de canciones, seguida de Sex on Fire de los Kings of Leon y Angels de Robbie Williams. "Son todas únicas y muchas se pueden considerar como "obras maestras" épicas.
Cuando escuchamos música, construimos una expectativa de qué va a seguir. Si supera nuestras expectativas musicales y va por un camino diferente, nuestra respuesta emocional involuntaria es altamente positiva y principalmente son estos puntos de cambio inesperados en la música los que generan fuertes sensaciones emocionales".
El estudio de Spotify evidencia que la música hoy en día tiene un papel especialmente relevante en nuestra vida amorosa. Ahora sabemos que Marvin Gaye es clave para el éxito cuando llega el momento de seducir a la pareja en el dormitorio.
Este estudio nos afirma que las playlists que elegimos son un factor importante en cómo se puede desarrollar la noche.
Una de las teorías más duraderas fue propuesta por Charles Darwin, que sugirió que, como con el canto de los pájaros, el motivo principal de la música es el sexo. "Las notas musicales y el ritmo", escribió en El origen del hombre, "fueron adquiridos al principio por los ancestros masculinos y femeninos de la humanidad con el propósito de cautivar al sexo opuesto".
Los instrumentos más antiguos conocidos son flautas hechas con huesos huecos de animales. Lo que está menos claro es por qué hacemos música.
Ahora han aparecido evidencias que parecen apoyar la hipótesis de Darwin en un estudio del psicólogo Benjamin Charlton de la Universidad de Sussex en Brighton, Inglaterra. En su experimento, comprobó que las preferencias sexuales de las mujeres cambiaban durante su ciclo menstrual y que, en el punto más fértil del ciclo, preferían compositores de música más compleja, que quizá podrían ser considerados parejas más capaces.
Pero, ¿qué credibilidad tiene la noción de que hacer música está relacionado con el sexo?
Comencemos por el principio: ¿qué es tan especial acerca de la música? Primero, todas las culturas conocidas han tenido música, incluso aquellas que no tenían lenguaje escrito. Es un rasgo humano completamente universal. En segundo lugar, la música, al contrario que por ejemplo cocinar, la agricultura, hablar o criar una familia, no tiene ningún beneficio.
Por supuesto, nos encanta, nos llena de alegría o nos lleva a las lágrimas, nos da euforia y bailamos, pero no muestra ninguna ventaja evolutiva obvia ni tangible. No faltan las ideas sobre por qué surgió entre nuestros ancestros.
Algunos creen que la música comenzó como forma de promover la cohesión social, un papel "tribal" que todavía hoy persiste. Otros dicen que comenzó con las canciones de la comunicación materno-filial, una exageración de tonos en los arrullos al bebé que todas las personas del mundo practican.
También están aquellos que piensan que la música y el lenguaje estuvieron una vez fusionados en una forma de comunicación compuesta denominada "musilenguaje", de la cual la música se dividió como vehículo de emociones, mientras que el lenguaje se convirtió en significado semántico.
Supervivencia del más sexy
La noción por parte de Darwin de la música como agente de selección sexual sigue siendo una de las teorías preferidas, en particular porque tiene su nombre al lado.
Él consideraba la selección sexual como auxiliar de la selección natural: era la "supervivencia del más sexy", sin importar que los atributos sexuales tuvieran otras ventajas para la supervivencia. Según esta posición, la destreza en el canto y en crear música funcionaría como la cola del pavo real: inútil, incluso una molestia, pero llama la atención.
Es concebible que dichas exhibiciones sexuales ofrezcan pistas verdaderas sobre la idoneidad genética. El pavo real macho podría estar diciendo: "Soy tan musculoso que puedo sobrevivir incluso aunque esté cargado con esta cosa absurda".
De igual modo, un músico capaz de crear música compleja y hermosa podría estar mostrando su conocimiento, destreza y fortaleza superiores. De acuerdo a esta lógica, enamorarse de un músico habilidoso tiene sentido en cuanto a la evolución.
El vínculo entre el sexo y la música podría parecer irrefutable.
Las estrellas del rock y del pop están rodeadas de bandadas de admiradores sexualmente disponibles en la cima de su fertilidad, y nadie hizo la guitarra más explícitamente fálica que Jimi Hendrix. Y no es solo un fenómeno del rock o del pop modernos: las actuaciones de Franz Liszt, el pianista, compositor y director húngaro, también extasiaba a las mujeres, y un estudio publicado en el año 2000 resaltó que en los conciertos clásicos había considerablemente más mujeres en los asientos cercanos a las (predominantemente masculinas) orquestas que en las filas traseras.
También hay pruebas anecdóticas que sugieren que la calidad de la interpretación de la música declina después del sexo. Miles DavisDerechos de autor de la imagen
GETTY Image caption Miles Davis prefería que sus músicos no tuvieran sexo antes de los conciertos. Por ejemplo, Miles Davis quería que los músicos fueran célibes antes de grandes conciertos para mantener su calidad. Y en caso de que esté pensando en que ser músico no hizo mucho por la supervivencia de Hendrix, Jim Morrison o Kurt Cobain, tenga en cuenta que, como Darwin señaló, algunas aves macho terminan muriendo de agotamiento al cantar en la época de reproducción.
Vale la pena el riesgo por convertirse en un modelo sexual (después de todo, Hendrix tuvo tres hijos). Un origen de selección sexual de la música podría también ayudar a explicar el aparente impulso hacia la diversidad, creatividad y novedad de muchos cantos de pájaros macho que desarrollan grandes repertorios y variedad en un esfuerzo por producir la señal de apareamiento más atrayente.
Y el exceso de la cola del pavo real, resultado de una tendencia desmedida comprobada en la selección de características sexuales, ¿no parece similar a las torres de amplificadores y altavoces, la pirotecnia, los trajes estrafalarios? Para resumir, ¿no podría explicar el fenómeno que es Kiss? Pero parte del problema de la idea de Darwin es que es demasiado atractiva, e invita a proporcionar pruebas por medio de las anécdotas.
Las canciones en las culturas anteriores a la escritura no son de ninguna manera los equivalentes tribales a la canción Let’s Spend the Night Together ("Pasemos la noche juntos"). Aquellas de los aborígenes australianos, por ejemplo, expresan los sentimientos del cantante como miembro de la comunidad. KissDerechos de autor de la imagenGETTY Image caption ¿Tiene la parafernalia de Kiss una motivación sexual? La mayoría de la música occidental en la Edad Media era practicada por monjes supuestamente célibes. Y en algunas sociedades africanas, los músicos son considerados vagos y no fiables, y por lo tanto, material pobre para el matrimonio. Las buenas evidencias científicas de la selección sexual en música han sido escasas y equívocas. Si las mujeres escogen compañeros sexuales sobre la base de rasgos creativos o artísticos, uno esperaría cambios en sus preferencias durante la cima de la fertilidad. Un estudio de 2006 halló que los hombres aparentemente creativos eran favorecidos en ese momento concreto. Ciclo de la atracción Entonces, ¿qué añade el último estudio? Charlton razonó que la complejidad de la música de un compositor masculino podría considerarse un indicador de su creatividad y capacidad para aprender comportamientos complejos, y por lo tanto esto podría también afectar a la elección sexual femenina. Anteriormente vio que la ovulación no parece afectar a las preferencias de las mujeres por la complejidad de la música per se.
Pero ¿y sobre los compositores en sí mismos? Charlton dividió su grupo de 1465 mujeres adultas participantes en el estudio en aquellas con riesgo alto y bajo de concepción en el momento de las pruebas, según la propia información de ellas sobre su ciclo reproductivo. Franz LisztDerechos de autor de la imagen GETTY Image caption El pianista Franz Liszt (1811-1886) embelesaba al público femenino. Les hizo escuchar varias melodías cortas, compuestas para el experimento, de diversos grados de complejidad. Primero pidió a algunas de las participantes que calificaran la complejidad de la melodía para asegurarse de que podían hacer esto de forma fiable.
Después preguntó a un grupo diferente cuál de los supuestos compositores (masculinos) de una pareja de melodías de complejidad diferente preferirían como compañero sexual a corto o a largo plazo. Un número significativo mostró una mayor preferencia por el compositor de la pieza más compleja, pero solamente en el grupo de alto riesgo de concepción, y solo como compañero a corto plazo. Ahora, los números son números: parece que algo conectado al ciclo reproductivo cambiaba efectivamente las preferencias en esa situación.
Pero ¿qué? Los resultados, dice Charlton, "apoyan la opinión de que las mujeres usan (o ancestralmente usaban) la capacidad de los compositores masculinos para crear música compleja como criterio para la elección de hombre". Eso, en cambio, sugeriría que la complejidad musical en sí misma surgió de una 'carrera armamentística' en la que los músicos se esforzaban cada vez más por probar su destreza y cortejar a una compañera.
Sin embargo, aunque los resultados de Charlton son interesantes, están lejos de ser concluyentes. GamelanDerechos de autor de la imagen GETTY Image caption El tradicional gamelán indonesio es la música más compleja del mundo.
Por ejemplo, la música más compleja, según algunos estudios, es el gamelán indonesio, que se encuentra entre las más sociales, devotas y no sexualizadas de toda la música del mundo. También hay pocas evidencias que sugieran que la música ha mostrado una tendencia firme hacia una mayor complejidad.
Y es muy difícil desenmarañar las preferencias de un oyente por un compositor de sus preferencias por la música real. Esto último, en general, muestra un pico de "complejidad preferida", más allá de la cual, la preferencia se reduce. Cuando la música de los Beatles se volvió más compleja, por ejemplo, sus ventas bajaron.
Y esto es incluso antes de que entremos en el asunto turbio de cómo las capas culturales influyen en las conjeturas que las mujeres podrían hacer sobre compositores ficticios, basándose en un pequeño fragmento de "sus" melodías. Se requiere más trabajo entonces, o en otras palabras, si la música es el alimento del amor, que siga sonando...!!!
Edición: Lic. Élita S-J PNI Nº4442©
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